En primer lugar os dejamos unas fotos del estado original del lugar elegido para en enlace.
Esta es la vista general del porche de entrada al cortijo, que es precisamente el espacio elegido para la ceremonia.
Aquí mostramos el estado original de la puerta de acceso para el banquete.
En este espacio se realizaría el banquete.
Y también contamos con una piscina dentro de la zona a trabajar.
En honor a la verdad podemos decir que al ver el lugar por primera vez fuimos conscientes del potencial del mismo, pero también de la cantidad de trabajo que teníamos por delante. A continuación os dejamos unas fotografías del resultado final para que juzguéis por vosotros mismos.
Con unas simples sillas rústicas y dos troncos de árbol montamos el altar, en el que añadimos un atril de madera, flores de la zona y algún elemento más.
La carreta que se encontraba en la entrada principal fue decorada con hiedras y según nos contaron resultó ser un photocall perfecto para los invitados.
Para los centros de mesa buscamos de nuevo elementos naturales y sencillos. Simplemente cogimos latas de conservas y las revestimos con cuerda de esparto, añadimos un lazo de organza verde, una velita y listo. El resultado fue espectacular.
Alquilamos todo el mobiliario, desde pérgolas hasta las sillas y manteles, seleccionado todo con esmero para que el conjunto fuera dulce y armonioso, pero sin perder el toque rural que estábamos buscando.
Aquí podéis ver algunos detalles más, como fueron los farolillos para la iluminación, realizados a mano, un centro de mesa precioso lleno de frutas y una original pizarra en la que colocamos el menú del banquete.
Os dejamos una vista general de cómo quedó la decoración para el banquete y por supuesto unas fotos de los novios, que podemos asegurar quedaron más que contentos y nos felicitaron por el trabajo realizado.
La verdad es que nos pareció una propuesta de lo más original y a la vez atrevida. Porque es genial ser valientes y romper con lo establecido.